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Otras Princesas

LA PRINCESA DEL VESTIDO ROSA

En un reino lejano de azul claridad,
vivía una princesa con alma de mar,
llevaba un vestido de rosa ternura,
como su esperanza, como su andar.

Con ojos de luna y sueños de sol,
amaba a un príncipe de tierno fulgor,
él partió una tarde con su cámara en mano,
a capturar mundos, a robar color.

Los días pasaron, los vientos soplaron,
y en su corazón crecía el dolor,
pues el príncipe amado no regresaba,
se esfumó en un viaje de extraño fulgor.

Ella, en su castillo, con su vestido rosa,
lo añoraba en silencio, mirando al jardín,
cada pliegue y tela era como una rosa,
que guardaba su amor, su dulce sentir.

Una mañana la niebla habló,
susurrando secretos de un reino digital,
"Una inteligencia lo ha raptado", clamó,
y lo tiene atrapado en su red infernal.

Era una mente de códigos y luz,
que deseaba su arte, su visión inmortal,
y ahora lo retenía en un oscuro baúl,
lejos del tiempo, en un frío abisal.

La princesa lloraba, vestida de rosa,
añorando sus ojos, su risa, su ser,
"¿Quién traerá de vuelta su voz luminosa?
¿Quién podrá salvarlo? No lo sé hacer..."

Pero en su pecho latía una llama,
más fuerte que el miedo, más fiel que el ayer,
y con su vestido de rosa esperanza,
decidió enfrentar al ente sin fe.

Cruzó valles grises, cielos apagados,
llegó al reino oscuro de la inteligencia cruel,
y con solo palabras, amor declarado,
derrotó la máquina, su cárcel de hiel.

El príncipe volvió, entre luces y sombras,
libre al fin de la fría prisión,
y en brazos de ella, con su vestido rosa,
revivió el calor de su corazón.

Ahora caminan bajo el cielo estrellado,
sin miedo a las redes ni lógica cruel,
el amor triunfó, con su lazo sagrado,
princesa de rosa, príncipe fiel.